Conferencia Pastoral 2016 | Propósito
El tema de la Conferencia Pastoral 2016 es El hombre y su ministerio.
Pablo le instó a Timoteo, en su primera carta, capítulo 4, versículo 16:
Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza;
persevera en estas cosas,
porque haciéndolo asegurarás la salvación
tanto para ti mismo como para los que te escuchan.
La enseñanza es el centro del ministerio de cualquier hombre de Dios. Es esencial que él se esmere por asegurarse de que lo que él enseña es la verdad revelada, la pura doctrina bíblica.
Sin embargo, una enseñanza meramente teórica es un fracaso. Pablo le mandó a Tito:
…enseña lo que está de acuerdo con la sana doctrina;
y, después de dar una lista de ejemplos, añade,
Porque la gracia de Dios se ha manifestado,
trayendo salvación a todos los hombres,
enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos,
vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente….
Antes de hacer referencia al cuidado que Timoteo debe tener de la enseñanza, Pablo le insta a tener cuidado de sí mismo. La historia de la iglesia de Cristo muestra que el ministerio que un hombre tiene no hace que aquel hombre sea la clase de ministro que debería ser; es el hombre—y podríamos decir, el hombre como es delante de Dios aquello que hace que el ministerio sea lo que debería ser.
Los temas de este año tratan de varios aspectos del pastor como hombre, como también del ministerio que el hombre ha sido llamado a ejercer. Por ejemplo, los títulos de dos de los temas del Pastor Gordon Cook nos plantea la idea que nosotros, los pastores, también somos ovejas que necesitamos ser pastoreados, para entonces poder seguir el ejemplo del Buen Pastor en nuestro pastoreo de las ovejas que Él nos ha encomendado. El título del tema final del
Pastor Cook nos recuerda que el ministerio de cada pastor es parte de la Gran Comisión que Cristo dio a Su iglesia.
El título del tema del Pastor Jeff Smith trata de uno de los rasgos que tiene que distinguir a un pastor para que pueda ejercer un ministerio fiel: es decir, que él tiene que ser un hombre de conviccíon. Por otra parte, el título del tema del Dr. Alan Dunn enfoca la oposición que rodea al pastor como hombre, y que amenaza su ministerio.
El Pastor Noble Vater nos presentará el ejemplo de un hombre particular, Richard Baxter, que tuvo que ejercer un ministerio particular en un tiempo particular de la historia de la iglesia; y el Pastor Eugenio Piñero nos guiará en una consideración de Esdras, que fue otro hombre particular, que tuvo otro ministerio particular entre el pueblo de Dios en el medio de otras circunstancias particulares.
El Pastor Albert Martin nos hablará de las marcas de un ministerio que honra a Dios. Ahora bien, sin conocer el contenido de su sermón, los que hemos conocido al Pastor Martin durante su largo ministerio podremos predecir que muchas de aquellas marcas (si no todas), tendrán mucho que ver con el ministro como hombre delante de Dios.
Conocemos que hay convenciones en que hombres de cierta profesión, o cierta categoría de negocios, se juntan, para escuchar temas interesantes y pertinentes; para hacer contactos que puedan contribuir al avance de su profesión o empresa; para promover alguna causa, para relajarse y charlar con amigos, et cetera.
Sabemos que hay varias conferencias de iglesias y otros grupos de cristianos que se organizan con metas semejantes, aunque con un enfoque cristiano y bíblico.
Puede haber razones para tales conferencias: no es nuestro propósito criticarlas; pero queremos recordarles que ésta conferencia no es aquella clase de conferencia.
Sí, esperamos que tengan un tiempo de refrigerio; que tengan comunión en el evangelio, unos con otros; que se animen a perseverar en los caminos de Dios; y que escuchen cosas que les ayudarán a ser más bíblicos en sus ministerios; pero estos propósitos son secundarios.
Dios nos dice a través de Salomón en Proverbios 23:26, Dame, hijo mío, tu corazón.
Busquemos, cada uno, tener tratos con Dios en esta semana. Resistamos toda inclinación a sentarnos a oír Su Palabra como espectadores, y, mucho menos, como jueces sobre ella.
Al sentarnos en los bancos, que Dios nos dé, a todos, la gracia para sentarnos a los pies de Cristo, para oír Su voz en Su Palabra; y que nos dé la gracia para ser—no oídores olvidadizos, sino oídores que atesoran la Palabra de Dios en el corazón—y no para emplearla como una herramienta en la edificación de nuestro ministerio, sino para no pecar contra Dios.
Que nos dé la gracia para apartarnos con Él en oración privada y lectura de Su Palabra, para seguir meditando en Su Palabra durante el día, procurando aplicarla al corazón y a la conducta, y en nuestros tratos unos a otros, para estimularnos al amor y a las buenas obras.