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“Padre de las misiones modernas”
Unos apuntes sobre su vida

William (Guillermo) Carey nació en la aldea de Paulerspury, Northamptonshire, Inglaterra, 17 agosto 1761. No debe caber duda que era un instrumento escogido para llevar a cabo muchas obras en el mundo. Lo que hizo le llevó a ser conocido por muchos y conmovió a muchos de manera que ha sido llamado el “padre de las misiones modernas”.

Pero, ¿quién es William Carey? ¿Cómo sucedió esto? Podemos observar como Dios en su providencia dispuso muchas cosas para que todo esto sucediera en el mundo, incluyendo el llamamiento de Carey a la salvación y la labor de dar a conocer el evangelio entre personas de lenguas que nunca oyeron el nombre de Jesús y no sabían nada de las Sagradas Escrituras, la Palabra de Dios.

Su hogar, su juventud y los tiempos en los cuales vivió (1761-1775)

Los padres de William Carey pertenecían a la Iglesia de Inglaterra, llamada también la Iglesia Anglicana. Su abuelo paterno, que William nunca conoció, fue el maestro de una escuela en la aldea, mantenida por filántropos. También era empleado por la Iglesia para atender asuntos administrativos (como registrar los nacimientos y bautismos, mantener las minutas y otras cosas). Luego el padre de William ocupó las mismas posiciones.

En aquellos tiempos (desde los años de 1660 en adelante) sólo los de la Iglesia Anglicana podrían ser empleados del gobierno, oficiales en el ejército y la marina así como maestros de escuelas que serían reconocidas por las autoridades (“acreditadas”). Los que no eran de esa iglesia no podían graduarse en las universidades, y tenían la obligación de que los edificios donde se reunían estuvieran registrados ante las autoridades, a fin de limitar sus actividades públicas a esos edificios. Es decir, había tolerancia religiosa de aquellos que no eran anglicanos (como presbiterianos, congregacionalistas, bautistas, cuáqueros y otros “no conformistas”, “disidentes”, o “independientes”), pero sus libertades o derechos civiles fueron restringidos y muchas veces fueron mirados con sospecha como potenciales enemigos del Estado, revolucionarios, “terroristas”.

Por supuesto, William no tuvo que preocuparse con eso porque, aunque su familia era pobre, fue criado entre los privilegiados y absorbía el desdén de ellos hacia los “no conformistas”.
Con todo, si hubiera vivido unos años antes es muy posible que no hubiera recibido una educación formal. Debido al Señor y a su gracia común y también a lo que el Señor hizo en conexión con lo que se llama el “Gran Despertamiento” o “Gran Avivamiento” estaban ocurriendo en el país algunas cosas buenas a pesar del trato que recibían aquellos que no pertenecían a la Iglesia de Inglaterra.

Por ejemplo, la educación estaba llegando a los hijos de los pobres y William pudo cursar 7 años de estudios con su propio padre, incluyendo los rudimentos de latín.
Además, otras cosas estaban sucediendo en Inglaterra que sirvieron para preparar el camino para lo que el Señor hizo por medio de Carey y sus compañeros y los que apoyaban su visión misionera. Por ejemplo, la expansión colonial había aumentado el punto de vista internacional y la responsabilidad hacia esas colonias, abriendo rutas de comercio y viajes. El capitán Cook estaba haciendo mapas del mar Pacífico y las islas y costas de los distintos países; el mundo industrial (como las grandes empresas que tenían mucho control en la India) comenzó a oír las razones para abrir las puertas cerradas; y tener el conocimiento de muchos pueblos del mundo que no tenían el evangelio tocó la conciencia de algunos ingleses y los impulsó hacia el camino de la labor misionera.

Entre otros factores que influyeron en esos tiempos el Sr. S P Carey también apunta que, en las colonias de América del norte, los hijos de los padres puritanos estaban obteniendo nuevas libertades a costo de su sangre; en Inglaterra en el parlamento y en la prensa el pueblo estaba ganando unas campañas para tener más libertades; los de las iglesias que no eran de la Iglesia de Inglaterra estaban protestando sobre los estatutos que les negaban una ciudadanía igual a los de la iglesia “oficial”; Francia estaba en medio de una revolución para obtener más justicia; Gran Bretaña estaba dándose cuenta de la vergüenza del comercio de esclavos; se estaba despertando la compasión hacia los locos y prisioneros; el gran avivamiento había demostrado el poder del evangelio predicado; los redimidos estaban alabando al Señor en poesía; el hipercalvinismo estaba cediendo a un evangelio ofrecido a todos; las iglesias estaban aprendiendo a cooperar; la oración colectiva fue estimada y practicada constantemente.

Carey vivió en la aldea de Paulerspury hasta terminar su educación a los 14 años de edad. Le gustaba la ciencia y los libros sobre viajes que otros habían realizado. Tuvo deleite especial en los libros sobre “Colón” de manera que algunos de sus conocidos le llamaron “Columbus” (o sea, Colón). A los doce (12) años de edad memorizó 60 páginas de vocabulario en latín (Vocabulium Latiale por Thomas Dyche), el cual muestra su aptitud para los idiomas. Pero, no aprendió nada de griego en esos años.

Fue buen estudiante, pero sus intereses se extendieron más allá de los libros. Cerca de la aldea donde vivía había campos y bosques. William prestó mucha atención a las plantas, aves y animales – un interés que nunca perdió.

Tenía un tío llamado Peter que había pasado unos años en Canadá y después de regresar a Inglaterra trabajó como jardinero. Varios opinan que mediante el contacto con ese tío y las conversaciones con él, los horizontes de la educación de Carey fueron grandemente expandidos. Su interés en las plantas y en el mundo fuera de Inglaterra se debía en parte a su contacto con ese tío.
Aunque los padres de Carey no eran cristianos evangélicos, con todo Dios proveyó un ambiente serio en cuanto a educación se refiere. Pero Carey no aprendió las verdades netamente evangélicas y de piedad, no tenía fe salvadora y en el principio de su tiempo fuera del hogar, sin las restricciones del mismo, juraba y mentía.

Aunque Carey carecía de unas cosas importantes en su crianza, nos dan ganas de llorar al ver tantos niños hoy día que no tienen casi nada semejante a lo de Carey, sino que se están criando mayormente con el televisor y las locuras que se presentan. Aun peor, estas cosas muchas veces están expuestas en las escuelas públicas que, frecuentemente, son dominadas por los enemigos de Jesucristo y en contra de su pueblo fiel. El amor a las cosas creadas que nos rodean, amor a los libros y a la educación, son elementos cada vez más desconocidos en el mundo moderno de los Estados Unidos, Puerto Rico y muchos otros sitios. ¡Cuán importante es la crianza de los niños!

Los años de aprendizaje, conversión, matrimonio y desarrollo en la fe (1775-1784)

A los catorce años de edad, como los padres de Carey no pensaron en darle más educación o no pudieron hacerlo, Carey quiso trabajar en la jardinería, pero una enfermedad de su piel, que no le permitía trabajar bajo el sol, hizo necesario un cambio de planes. ¡Quién hubiera pensado que este joven que tuvo que cambiar la carrera deseada porque no pudo aguantar el sol de su país serviría al Señor durante años y años con el clima de la India! Todo ayuda a bien.
Se presentó una oportunidad de aprender cómo hacer zapatos en una aldea de Buckinghamshire (Piddington). Su padre pensó que había futuro en ese campo para su hijo y buscó la manera de planificar para que su hijo William pudiera aprender.

El dueño de ese negocio era un hombre severo, especialmente si estaba ebrio, pero Carey perseveró en su empleo como aprendiz. Dios hizo muchas cosas allí en su providencia. El otro aprendiz, John Warr, tres años mayor que Carey, había sido criado por sus padres en una iglesia no conformista. Al principio de su contacto como compañeros de cuarto y de trabajo Warr discutía sobre asuntos religiosos con Carey y Carey se molestó y le menospreció, aunque confesó luego que lo que Warr dijo le inquietó. Pasado un tiempo el Señor obró en la vida de Warr para salvarle de verdad y como creyente él buscó la salvación de su amo y de Carey, suplicando, persuadiendo y prestando libros, de tal manera que Carey comenzó a oír el evangelio. Al principio la forma de su religión fue una determinación, como dijo, de dejar de mentir, jurar y cometer otros pecados. A veces trató de orar cuando estaba solo. Asistió a las reuniones de oración en la iglesia de Warr, pero en su religiosidad asistió 3 veces cada domingo a la Iglesia anglicana de la parroquia. No obstante, no había visto todavía su verdadera pecaminosidad y la gracia de Dios en Cristo Jesús.

Finalmente, mediante un suceso en el cual Carey trató de robar un chelín, mintiendo, y siendo descubierto, Dios le humilló al máximo aunque tuvo misericordia de él, perdonándole y aun preservándole en su empleo, salvándole de vergüenza pública. De allí en adelante vio su falta de justicia propia, recibió la justicia de Cristo y vivió como un hijo de Dios, redimido, transformado y dedicado.

Junto con sus inquietudes y aun antes de convertirse hubo otra experiencia que vale la pena mencionar. Carey iba mirando un comentario sobre el Nuevo Testamento que pertenecía a su amo. (Parece que los libros del amo eran mejores que la vida de su dueño.) Carey encontró unas palabras que no entendió. Las copió y las llevó a un amigo que había recibido una educación mejor que Carey. El amigo le informó que eran letras griegas, esto le sirvió para estudiar con él, quien también le buscó un libro de gramática y un libro de vocabulario griego. A Carey le apasionó esta lengua.

Pasado algún tiempo después de su nuevo nacimiento, Carey tomó la decisión de continuar con las iglesias no conformistas. Sucedió que oyó un sermón el 10 de febrero de 1779 que le persuadió para aceptar el reproche de las iglesias no conformistas (y él sabía muy bien lo que era). Aunque identificado con los no conformistas, Carey pasó por unos caminos difíciles antes de llegar a tener convicciones firmes y fuertes sobre las enseñanzas bíblicas y su fe.

En septiembre de ese año 1779 su amo murió y él fue recogido por un pariente de su amo en otra aldea cercana donde estaba la iglesia no conformista a la que asistía. Allí en ese pueblo Carey conoció a Thomas Scott (luego conocido por sus comentarios). Scott fue una influencia positiva en la vida de Carey. Pero Carey también conoció a otros que eran seguidores de las enseñanzas de William Law, autor de un libro famoso, A Serious Call to a Devout and Holy Life (Una llamada seria a una vida piadosa y santa). Los seguidores de Law eran místicos en el sentido peor de la palabra y Carey se confundió hasta que vio que solamente las Escrituras son la guía segura para todo lo que debemos pensar y hacer. Dios usó a Scott y a otros en esa etapa de la vida de Carey para salvarle de la confusión y darle una seguridad bíblica, como el libro del bautista Robert Hall, Help for Zion’s Travellers (Ayuda para los viajeros a Zión).

Al acercarse al fin de su tiempo de aprendizaje, en junio de 1781, a los 20 años de edad, Carey se casó con una creyente, Dorothy, hija de un líder de la capilla no conformista, cuñada del dueño de la zapatería. Era buena mujer, aunque, como muchas mujeres de aquel entonces, ella nunca había aprendido a leer ni escribir (Carey le enseñó luego). Carey estaba feliz en su hogar, trabajando, estudiando latín y griego (en el “Colegio Carey” como Scott llamó a su casa), cuidando su jardín uniéndose en adoración con los hermanos de la aldea. Allí le nació una hija, llamada Ann.

El año siguiente Carey y su hija enfermaron de fiebre. La niña murió y Carey padeció como año y medio con esa fiebre, sufriendo, pero sin dejar de cumplir sus responsabilidades. Esa enfermedad le dejó calvo a los 22 años de edad. Además su cuñado, el dueño de la zapatería murió y le tocó a Carey ayudar con el cuidado de la viuda y sus 4 hijos. Los tiempos eran difíciles. Le tocó sufrir la pobreza.

A pesar de la carga pesada y sus luchas doctrinales y espirituales, Carey siempre fue activo en el servicio del Señor. Adoraba regularmente en la iglesia no conformista de la aldea. De hecho, un mes antes de casarse, hizo pacto con otros para establecer formalmente la iglesia disidente de la aldea. Participó activamente en algunas conferencias celebradas por la noche en el día de reposo.
En 1782 pudo asistir a una reunión de una asociación de iglesias bautistas, celebrada en el pueblo de Olney. Era un desconocido, y no tenía comida, pero pudo escuchar 3 sermones excelentes, uno de ellos predicado por Andrew Fuller, un hombre que luego influyó grandemente en la vida de Carey. Ese fue un momento inolvidable.

En junio de ese año, junto con otro hermano, comenzó a ayudar con la predicación, en semanas alternas, en una iglesia bautista que no tenía pastor. Además, la gente no conformista de la aldea donde se crió oyeron de él y pidieron que predicara para ellos también. Aceptó ir una vez al mes. Así pudo visitar a sus padres y hermanas, a los cuales quiso ver convertidos y sirviendo en una iglesia de creyentes en vez de estar en la iglesia anglicana. Sus hermanas se acordaron de su celo y como “quiso derrumbar todos los altares de Baal de una vez”.

El grupo de no conformistas con los cuales Carey servía no requirieron que una persona como Carey se bautizara como creyente. En el año 1983 Carey oyó un sermón sobre el bautismo de los creyentes que le inquietó. Estudió el Nuevo Testamento cuidadosamente y llegó a la conclusión de que el bautismo no es para los bebés sino una ordenanza dada por Dios para los que son conscientes de su fe. Habló con el bautista calvinista John Ryland padre de Northampton sobre el asunto. El padre tenía 60 años de edad en aquel tiempo y refirió el caso a su hijo John Ryland, el cual bautizó a Carey en el rio Nen, el domingo 5 de octubre a las 6 de la mañana.

Más o menos en ese tiempo leyó las jornadas de Capitán Cook (conocido por el motín en su barco Bounty). La lectura de los apuntes de Cook despertó en su ser un fuerte deseo de llevar el evangelio a los paganos. Cook presentó las condiciones de las gentes del mar Pacífico, pero también añadió que la religión no les llegaría porque “no serviría el propósito de la ambición pública ni la avaricia privada; y sin tales incentivos, nunca se intentaría semejante empresa. Carey pensó de manera diferente. A la vez que deseaba la salvación de los paganos de otros países, predicaba el evangelio en su propio país y buscaba la salvación de sus familiares.

El Señor llenó su vida con muchas experiencias formativas en los diez años de su vida después de su educación. Aprendió su oficio; tuvo su inicio en griego; descubrió sus pecados y a su Salvador; aceptó el reproche de pertenecer a iglesias no conformistas; llegó a convicciones propias y bíblicas sobre su fe cristiana y sus doctrinas; conoció lo bueno de estar casado y tener un hogar; experimentó el gozo de ser padre y también la angustia de perder un hijo y la prueba de la pobreza. Trabajó en enseñar, dio testimonio cristiano, se unió a una iglesia, predicó su primer sermón, obedeció la ordenanza del bautismo, sintió profundamente la condición perdida de los paganos y llevó a sus hermanas al Señor y a su servicio hasta el fin de sus vidas.

Pastor en Inglaterra y misionero escogido (1785-1793)

Carey trabajaba en su oficio, estudiaba y predicaba. Entonces llegó el día cuando los santos de la aldea de Earls Barton, los de la iglesia en la cual Carey predicaba cada 2 semanas, que quisieron llamarle como su pastor. A la vez, consultaron con un pastor bautista llamado John Sutcliff de Olney (un pueblo en el cual John Newton había vivido y pastoreado por un tiempo). Sutcliff visitó al sitio, les predicó y habló con Carey. Como Carey era miembro de una iglesia débil en algunos sentidos, Sutcliff le aconsejó que se uniera con una iglesia sólida para continuar su ministerio como parte de una iglesia bautista sana en la fe.

Carey oyó el consejo y se unió a la iglesia bautista en Olney con Sutcliff como su pastor, sin embargo, la primera vez que predicó delante de esa iglesia, en un edificio que podía acomodar a 700 personas, la predicación fue tan pobre que la iglesia no pudo ver los dones de un pastor. Pero, con el apoyo de ellos siguió predicando en Earls Barton y también en un pueblo llamado Moulton.

Carey se había mudado a Moulton en marzo de 1785 para abrir una escuela y seguir con su oficio. Allí había una pobre iglesia bautista bien cerca de su casa. El edificio de ellos estaba muy deteriorado y también el ánimo y la condición de los miembros. Carey predicó y les ayudó en los domingos que tenía libres y en otras ocasiones. Hubo conversiones, se animaron de nuevo los pocos creyentes de manera que ellos también quisieron que fuera su pastor.
En el verano de 1786 Carey predicó otra vez en Olney y esa vez la iglesia quedó satisfecha y por tanto, le comisionó a predicar a “dondequiera que Dios en su providencia le llamase”, reconociendo así sus dones para predicar.

Con dos iglesias pidiendo su ayuda, Carey consultó con Sutcliff. Decidió entonces aceptar la invitación de la iglesia de Moulton donde vivía. Fue ordenado al ministerio el 1 agosto de 1787. Había como 20 ministros presentes entre los que se encontraba John Sutcliff de Olney, Andrew Fuller de Kettering y John Ryland hijo de Northampton quienes participaron de una manera especial.
Antes de su ordenación, la iglesia de Moulton tuvo que hacer arreglos para reparar su lugar de reunión. Después de la ordenación Dios siguió derramando bendiciones sobre la predicación de Carey y la iglesia tuvo que reedificar y agrandar su edificio, sin embargo eran tan pobres que no pudieron pagarle a Carey lo suficiente para cuidar a su familia.

Durante ese tiempo Carey obtuvo sus ingresos enseñando a muchachos de la aldea y haciendo zapatos. Hizo un arreglo con Thomas Gotch, un diácono próspero de la iglesia en Kettering, quien le compraba cada dos semanas los zapatos que él fabricaba. Pero, después de un tiempo Fuller descubrió el celo y la perseverancia de Carey en estudios lingüísticos y le comentó esto a Gotch, el cual le dijo a Carey que se olvidara de hacer zapatos ya que él le pagaría para dedicarse a esos estudios.

Carey creció como predicador. Creció también en sus inquietudes sobre el deber que la iglesia tienen de proclamar el evangelio por todo el mundo. Leyó sobre las vidas de John Eliot (trabajó casi 60 años entre los indios de América del norte y tradujo la Biblia a una de sus lenguas, el primer hombre que logró poner la Biblia en una lengua pagana). Leyó también la vida de David Brainerd. Estos hombres sirvieron de héroes y modelos. Y, por supuesto, habló de estas cosas a otros ministros, especialmente a sus 3 amigos.

Un día Carey estaba hablando con Thomas Potts un joven diácono de la iglesia bautista en Birmingham. Potts había viajado a América y había hecho negocios con los indios en la zona que hoy corresponde a la ciudad de New Orleans. Al contar Potts a Carey algunas de sus experiencias allí como cristiano, entraron en una conversación sobre misiones y Carey expuso sus pensamientos. Potts le preguntó si no había pensado en escribir un librito sobre el asunto y Carey dijo que sí, pero que no tenía el dinero para publicarlo. Potts le dijo que le daría una cantidad suficiente para comenzar el proyecto. Ese librito no fue publicado hasta 3 o 4 años después (en 1792), pero tuvo una gran influencia. Aun antes de la publicación Fuller lo había leído y probablemente Sutcliff y Ryland, porque ellos, junto con Potts le habían animado trabajar en ese asunto. Se llama “Una investigación sobre la obligación de los cristianos de usar medios para la conversión de los paganos”.

En mayo de 1789, tras una lucha interna y consultas con varios consejeros, William Carey aceptó la invitación de la iglesia bautista de Harvey Lane en la ciudad de Leicester. Esa iglesia tenía un edificio en el que podía acomodar entre 200 y 300 personas, pero había pasado por divisiones y numerosos problemas. Al principio todo fue bien. Aun ampliaron el edificio para acomodar a los oyentes, pero salieron a la luz problemas no resueltos y afectó tanto a la obra que Carey propuso que la iglesia se deshiciera en septiembre de 1790 y comenzará de nuevo solamente con aquellos que realmente se comprometieran mediante un pacto solemne. Esto se realizó y algunos de los que se quedaron fuera en el proceso se convirtieron en enemigos, pero desde ese día el Señor comenzó a bendecir a la iglesia y Carey fue ordenado pastor de la misma en la primavera de 1791. Otra vez sus tres amigos participaron en el servicio de ordenación y un gran predicador Samuel Pearce predicó un excelente mensaje por la noche, titulado: “Gloriándonos en la cruz de Cristo”.

Aunque Carey recibía más ingresos como pastor en Leicester que en el lugar donde estaba, sin embargo no era suficiente para cuidar a su familia, lo cual le obligó a seguir manteniendo una escuela y haciendo zapatos también. Pero, era disciplinado y perseverante y nunca dejó de estudiar sistemáticamente por su propia cuenta: libros clásicos, ciencia, historia, la Biblia en Hebreo y Griego. Tenía amigos como el viejo Robert Hall que le aconsejaban y criticaban. Por ejemplo, Hall le dijo una vez que hacían falta mas “ventanas” en sus sermones.

Carey predicó 7 veces cada 2 semanas en la iglesia Harvey Lane, pero no estaba satisfecho por trabajar solamente en Leicester, por lo que salió y predicó en 5 aldeas cercanas poniendo el fundamento para el establecimiento de nuevas iglesias. En una aldea había muchas conversiones y más de 100 personas se reunían para la predicación. En su primera carta desde la India a esa iglesia él expresó su interés en esas aldeas y en lo que estaba pasando allí.

Todo esto nos muestra el corazón de Carey y como era el hombre escogido para servir al Señor en la India. Era de carácter probado y experiencia en el ministerio. Tenía compasión y había visto la bendición del Señor sobre sus trabajos en la predicación del evangelio a los pobres y a otros. No era un soñador y nada más. Trabajaba arduamente como evangelista y pastor mientras que seguía estudiando y proveyendo para su familia haciendo trabajos extra.

Junto con todo eso, Carey quería ver llegar el evangelio a los paganos. Dios estaba obrando en otros también que buscaban su gloria esperando avivamientos. Influenciado por los escritos de Jonathan Edwards, desde 1784 varias iglesias en la asociación bautista de Northamptonshire habían orado para que ocurriera un avivamiento mundial. Algunos tenían sus corazones dispuestos hacia las misiones, pero nadie pensó que ellos pudieran hacer algo. Solo Carey tenía esa visión y esperanza y lo cual le llevó a hablarle a sus amigos que le respetaban y le amaban, pero no vieron ninguna posibilidad de hacer algo. Sin embargo, en 1791 le animaron a que terminara y publicara su “Investigación… sobre el uso de medios” para que las iglesias pudieran estudiar el asunto y tomar una decisión sabia.

Finalmente en 1792 Carey vio a sus hermanos tomar unos pasos hacia la obediencia de la gran comisión. En mayo de ese año en la reunión de la asociación Carey predicó su sermón famoso sobre Isaías 54:2-3 con el bosquejo simple de dos puntos: Espera grandes cosas y ensaya grandes cosas (en inglés: Expect great things; attempt great things). Los pastores fueron conmovidos pero con todo estaban a punto de terminar la reunión sin tomar ninguna decisión, entonces Carey le instó a Fuller y Fuller persuadió al moderador a que consideraran el asunto de formar una sociedad misionera. Aprobaron que fuera presentado un plan en la próxima reunión en octubre. Carey estaba seguro que la sociedad sería formada y quiso ser el primer donante prometiendo dar lo que recibiera de la venta de su Investigación…” a la sociedad.

Así sucedió. En octubre de 1792 nació la “Sociedad de bautistas particulares para la propagación del evangelio entre los paganos” (inglés: Particular Baptist Society for the Propagation of the Gospel among the Heathen). Los “miembros” hicieron promesas para contribuir a este asunto y lo que recibieron ese día y las notas de las promesas de 13 hombres fueron colocadas en una caja de tabaco vacía que pertenecía a Fuller. La caja estaba decorada con un dibujo de la conversión de Saulo de Tarso en la tapa.

Habían comenzado. Ahora, ¿a quién enviar? Conocían a un hombre, John Thomas, un médico, que había servido como “misionero” en Bengali en la India. Él quería volver y llevarse a un compañero. En enero de 1793 Thomas visitó a la Sociedad Bautista y después de oírle Carey que antes quería ir a Tahiti se ofreció como voluntario para acompañar a Thomas a la India. La Sociedad dio su apoyo y buscó la cooperación de otras iglesias y personas. Thomas tenía unos contactos valiosos también. Decidieron salir en abril de ese mismo año.

La esposa de Carey estaba encinta y faltaba poco para su alumbramiento. Esa noticia fue impactante para ella y para la iglesia de Harvey Lane quienes lloraban ante el hecho de perder su pastor. Pero Harvey Lane se sometió al Señor y envió a Carey con su bendición. En la providencia del Señor, después de tiempos de prueba y angustia, Carey y Thomas no pudieron salir en abril. Finalmente salieron en junio de 1973 y Carey fue acompañado por su esposa, la hermana de ella y los cuatro hijos todavía vivos. Fue maravilloso como sucedió todo, pero la verdad es que muchos fueron probados en su fe por el tiempo que transcurrió entre abril y junio, porque todo parecía frustrado y perdido.

Aquí, podemos observar que el concepto de la obra misionera visualizado por Carey no era que el misionero recibiera ayuda económica constante, sino que fuera ayudado a mudarse, para quedarse y que buscaría como mantenerse a sí mismo en el campo misionero. Carey nunca volvió a Inglaterra. Una vez que su esposa estuvo a su lado nunca pensó o planificó volver. Lo que sí pidió de sus amigos fue su apoyo en oración. Cinco hombres (Pearce, Fuller, Sutcliff, Ryland y Carey) hicieron un pacto de apoyo espiritual. La figura que Fuller usó fue: Carey bajaría a la mina pero los cuatro tendrían que jurar su compromiso de que no soltarían las sogas mientras tuvieran vida.
Todos cumplieron su pacto.

Los cuarenta años en India (1793-1834)

El viaje a la India fue realizado en un barco danés y tardaron 5 meses en llegar, pero al fin el barco entró en el puerto de Calcuta en el río Hugli. Los misioneros no pudieron usar ese nombre porque la compañía de Bretaña que controlaba esa parte de la India no permitía la entrada a los misioneros. Además, salieron del barco usando un pequeño bote del lugar para evitar que otros los vieran e hicieran preguntas.

Al principio vivieron en una casa en una zona bajo control de los portugueses, evadiendo así la interferencia de los ingleses. Thomas comenzó a predicar a los bengalís inmediatamente.
Poco después, Thomas comenzó a trabajar como médico en Calcuta y Carey solicitó unas tierras de las autoridades para cultivarlas, pero mientras esperaba la respuesta a su petición recibió ayuda de un usurero que le proveyó una casa gratis. Thomas le informó que el dinero que trajeron se había acabado y no había esperanza de más ingresos para los próximos meses. En esos días de gran pobreza la esposa de Carey y su hijo Felix padecieron de disentería y comenzaron los problemas mentales de la esposa de Carey que duraron hasta su muerte 13 años después. En diciembre de 1793 y enero de 1794 Carey se dio cuenta de que sólo Dios podía sostenerle. Los sufrimientos fueron grandes.

En febrero tuvo la oportunidad de mudarse a un lugar donde había terrenos para trabajar y el Señor también proveyó un amigo en ese lugar, Charles Short. El clima era mejor y la esposa de Carey mejoró un poco allí. Carey tenía su propio maestro del idioma Bengalí que vivía con ellos. Trabajó en su “finca” allí y estudió el idioma hasta que recibió una carta de Thomas invitándole a un área llamada Malda donde Carey podría trabajar para un hombre cristiano en calidad de gerente de una plantación de índigo. Carey aceptó y en junio de 1794 comenzó sus trabajos en esa industria.

Carey dominó bien las responsabilidades. Escribió a la Sociedad Misionera el 5 de agosto, como Culross explica, “Al aceptar la oferta y cambiarse para allá, Carey escribió a sus amigos en Inglaterra informándoles que no pediría más ayuda a la Sociedad, y que el sueldo destinado para él debía usarse de otro modo; sólo deseaba que le enviaran herramientas para la agricultura y un surtido anual de semillas, por el cual prometió remitir con regularidad el dinero. Al mismo tiempo les aseguró que sería su gozo mantener con ellos la misma relación como si necesitara su ayuda y que esperaba tener la misma correspondencia con ellos como antes.”

En aquel entonces algunos criticaron a Carey porque pensaron que estaba demasiado envuelto en los negocios de este mundo. Pero progresó en sus estudios y comenzó a predicar en el idioma bengalí. Los que estaban preocupados jamás se imaginaron lo que estaba por delante. Carey fue fiel en lo poco, siguiendo al Señor. Luego pudo ser fiel en lo mucho.

Siempre pasó por sufrimientos. Su segundo hijo llamado Peter murió de fiebre. Su esposa se enfermó de nuevo a principios del año 1795 y de allí en adelante nunca estuvo bien mentalmente. (Carey la cuidó aunque ella se puso tan mala que se volvía violenta. Con el paso del tiempo, algunos amigos le aconsejaron que la pusiera en una institución, pero sabiendo como cuidaban a la gente en esos lugares, Carey nunca aceptó ese consejo, haciendo provisión en su casa hasta que ella murió en 1808.)

En octubre de 1796 el primer recluta misionero sorprendió a Carey entrando en su casa una tarde. Su nombre era John Fountain; su presencia animó a Carey. En 1798 el dueño de la plantación, Sr Udny, compró una imprenta para Carey y Fountain. Luego de esta bendición Carey recibió una carta de William Ward, un creyente que sabía cómo imprimir libros. La Sociedad iba a enviarle para ayudar a Carey, junto con algunos otros misioneros. Esa carta llegó en mayo de 1799, pero a la vez en ese mismo mes el dueño de la plantación, debido a inundaciones, sequías y otros problemas, vio la necesidad de cerrar sus operaciones y dio aviso de que lo haría al fin del año 1899.

Carey había servido en la India durante casi seis años, sin ver ni a un indio convertido de verdad y ahora estaba enfrentando el desempleo mientras que un grupo de misioneros venían de camino. Carey hizo arreglos para trabajar en otro lugar y gastó en los arreglos para lograr este fin. Pero cuando los misioneros llegaron a Serampore que pertenecía a los daneses los ingleses no los permitieron entrar en territorio controlado por ellos y aun trataron de obligar a los daneses a que los entregaran para deportarlos. Pero los daneses dijeron que no. Carey abandonó el lugar donde estaba, perdiendo el tiempo y el dinero invertido, pero no dudando de su deber. Llevaron la prensa a Serampore y allí comenzó un nuevo capítulo en la obra misionera en la India.

El famoso trio de Carey, Marshman y Ward mantuvieron contacto con la Sociedad misionera y sus cartas e informes fueron publicados hasta que el mundo pudo ver que a pesar de que eran poca gente, por medio de la fe y la oración podrían esperar grandes cosas y esforzarse para hacer grandes cosas. Por eso, Carey se llama el “padre de las misiones modernas”, un título que jamás buscó, esperó o se hubiera imaginado. Él sabía muy bien de las labores de otros y fue animado por esas labores. Pero los logros de traducciones de las Escrituras, las conversiones que eventualmente se vieron, fueron como llamamientos a otros para servir al Señor alrededor del mundo. Carey oró para que la Sociedad Bautista pudiera enviar misioneros a África y a muchos otros lugares, y la exhortó a que lo hiciera.

En Serampore, Carey rehusó hacerse jefe de los cinco misioneros (Carey, Fountain, Brunsdon, Marshman y Ward) e hicieron un acuerdo. Uso la descripción de Culross para explicarlo:

Teniendo en mente el tipo de organización comunal que asumieron los cristianos moravos cuando salieron de Bohemia a causa de las persecuciones ellos también adoptaron la idea de la iglesia en Pentecostés. Decidieron constituirse como si fueran una sola familia. Tendrían un fondo común en el que realizar los ingresos. (sean cuales fueren los medios de adquirirlos), una mesa común, y un hogar común, siendo dada a cada uno una pequeña suma separada como dinero particular. Todo lo que sobraba debía de dedicarse al sostenimiento de las viudas y huérfanos y a la propagación del evangelio, bajo la dirección de los hermanos así unidos. Los misioneros debían de considerarse como iguales, y tendrían que predicar y dirigir los cultos por turnos. Establecieron turnos por los que cada uno debería de ser responsable cada mes de los arreglos y gastos domésticos. Carey fue nombrado tesorero y guardián de la caja de medicinas, y Fountain era el bibliotecario.

El espíritu que los lideraba se ve en la “Forma de Acuerdo” que firmaron y que debería de leerse públicamente tres veces al año en cada misión.

1. Debía preservarse vivo “un sentido profundo del valor de las almas;” considerando a las multitudes como “inmortales.”
2. Debían esforzarse para entender bien a aquellos entre quienes trabajaban, familiarizándose con sus modos de pensar y sentir.
3. Debían evitar todo lo que aumentara la preocupación nativa en contra del evangelio, todas las palabras y actos descuidados, y deberían prestar atención para no ser ásperos en su predicación, acordándose de que las verdaderas conquistas del evangelio son las del amor.
4. El secreto de ser útil no consiste en estar siempre de pie; sino que debían estar alerta para usar todas las oportunidades para hacer el bien.
5. Debían centrar en “Cristo” el asunto de su predicación; es su amor, sólo Él, es Quien que puede ganar a las almas, y no hay esperanzas sino en un ministerio de amor.
6. Debían conquistar la confianza del pueblo.
7. Debían cuidar de los conversos con paciencia y ternura, porque las plantas nuevas en semejante clima deben ser nutridas con afecto especial.
8. Deben animarlos a hacer conocer el evangelio a sus compatriotas; porque “sólo por medio de los ministros nativos puede difundirse el conocimiento de la salvación en todas partes de la India; y a la vez que se forman iglesias deben escogerse pastores y diáconos de entre sus propios compatriotas aconsejándolos el misionero del distrito cuando sea necesario, pero dirigiendo sus propios esfuerzos especialmente a la extensión del evangelio y la organización de nuevas iglesias.
9. Deben trabajar con todas sus fuerzas para hacer traducciones de la Biblia en los distintos idiomas de la India; en hacer circular estas traducciones; y en establecer escuelas gratuitas para los nativos.
10. Y para que sean idóneos para ejercer estos ‘trabajos’ de vital importancia deben ser constantes en la oración y en el cultivo de la religión personal”.
11. “Finalmente,” dicen, “consagrémonos sin reserva a esta causa gloriosa. Que no pensemos nunca que nuestro tiempo, nuestros dones, nuestra fuerza, nuestra familia, o aun la ropa que usamos, nos pertenecen. Santifiquémoslos todos a Dios y a su causa. ¡Oh, que nos santifique Él a nosotros para su obra! Deshagámonos para siempre de la idea de atesorar aun un centavo para nosotros o nuestros hijos. Si abandonamos la resolución que tomamos sobre el asunto del comercio privado cuando al principio hicimos nuestra unión en Serampore la misión será, desde esa hora, una causa perdida. Un espíritu mundano, disputas y toda obra mala sobrevendrán en el momento en que se admita que cada hermano pueda hacer algo de su propia cuenta. ¡Ay de aquel hombre que alguna vez haga algún movimiento hacia semejante camino!”
Este “Acuerdo” no fue escrito sino hasta el año 1805; pero exhibe el propósito y la manera de vida a que los hermanos de Serampore se destinaron desde el principio. De haber obrado en conformidad con él desde el principio, la Sociedad en Inglaterra, podría haber impedido muchas de las molestias de los años siguientes.

En ese año de 1800 trabajaron en la traducción del Nuevo Testamento al Bengalí, página por página. Predicaron el evangelio y el 28 de diciembre de 1800 bautizaron a Krishna Pal, un carpintero, el primer hombre convertido del hinduismo que confesó a Cristo y pidió ser bautizado, las primicias de la cosecha que esperaban.

El 5 de marzo de 1801 la primera copia encuadernada del Nuevo Testamento en bengalí fue presentado en un culto especial. Carey había trabajado durante más de 7 años para ver esa meta realizada. La última página fue impresa el 7 de febrero. Luego vino la encuadernación y el tiempo especial de acción de gracias al Señor.

En abril de ese año, Carey fue invitado a ocupar la posición de profesor de bengalí en un nuevo colegio llamado Fort William College en Calcuta. Bretaña estaba haciendo unas reformas, entre ellas proveyendo una buena educación con la esperanza de tener buenos líderes en el futuro.
Sin embargo, como Carey no era anglicano no le llamaron “profesor” sino “tutor” para evitar problemas. Le pagaron bien y todo fue aportado para la bolsa común. Pronto, pusieron a Carey a enseñar en Sánscrito también. Carey continuó en esa posición de profesor durante 30 años y eso le dio de la oportunidad de trabajar en los idiomas de tal manera que antes de morir había traducido la Biblia completa en 6 idiomas, casi toda la Biblia en 3 idiomas más, el Nuevo Testamento en 21 idiomas y porciones del Nuevo Testamento en 5 otros idiomas.

Después del bautismo de Krishna Pal, otros se convirtieron y Krishna Pal y algunos de ellos fueron enseñados y viendo sus dones, fueron enviados a predicar a otros. Las puertas estaban abiertas. Los misioneros en Serampore querían establecer un centro en el cual otros podrían aprender los idiomas y salir para predicar hasta los confines de la tierra.

Desde 1806 hasta 1812 los deseos de los misioneros encontraron la oposición de muchos ingleses e indios, pero Dios levantó amigos bien posicionados que protegieron a los misioneros de manera que pudieron continuar sus labores.

Durante esos años también Carey vio a Dorothy morir en diciembre de 1807. Seis meses después Carey se casó de nuevo con Charlotte Rumohr, una mujer danesa de una familia conocida, enfermiza físicamente, pero de carácter muy espiritual y experta en el asunto de los idiomas. Parece que había mucho amor entre ellos. Carey también tuvo el gozo de ver a sus hijos sirviendo al Señor, aunque Felix el mayor se apartó por un tiempo, atraído por altas posiciones con los gobernantes en diferentes lugares.

La obra recibió un duro golpe en el año 1812, porque un fuego devoró gran parte del edificio principal de la misión en Serampore. Valiosos manuscritos, diccionarios y gramáticas de Carey perecieron y no había copias. Tuvo que comenzar de nuevo sus trabajos de todo cuanto se perdió.
En 1813 el parlamento de Inglaterra comunicó a la compañía que controlaba la India que permitieran la entrada de misioneros y que no estorbaran sus labores. En Serampore Carey y sus compañeros comenzaron una escuela para educar a los indios, especialmente los hijos de los creyentes para el futuro de la obra cristiana. Junto con el progreso y las bendiciones llegaron también los problemas, entre los mismos misioneros y con la Sociedad. Con la muerte de los fundadores y el crecimiento de la Sociedad Misionera Bautista hubo quienes la querían controlar y dirigir. Además, algunos de los nuevos misioneros no estaban preparados para vivir como Carey y sus compañeros. Hubo conflictos, pero Carey buscó la manera más apacible para resolverlos.

Carey perdió a su esposa Charlotte en 1821. Krishna Pal murió en 1822 y también Felix, el hijo mayor de Carey, a los 37 años de edad. El misionero veterano Ward, parte del “trio de Serampore” murió en 1823. En 1825 Carey oyó la noticia de la muerte de Ryland, el último del “trío” de los que eran los íntimos amigos de Carey (Sutcliff murió en 1814, Fuller en 1815).

En 1823 Carey halló una buena esposa en Grace Hughes, con quien vivió hasta que él fue llamado a la presencia del Señor en 1834.

Carey vio muchos cambios en la India. El evangelio llegó a muchas partes. Las Escrituras también. Socialmente, Carey y otros empujaron a los ingleses para que prohibieran el sacrificio de bebés en el río (costumbre que llevaban a cabo cumpliendo votos hechos por mujeres estériles que harían tal cosa si su dios les diera un hijo) y el quemar a las viudas vivas junto al cuerpo de sus esposos que habían muerto. Carey estaba muy opuesto a la esclavitud también. Pero sobre todo reconoció que solo Dios puede rescatar a los pecadores y hace eso mediante la predicación del evangelio y la obra Soberana de su Espíritu Santo.

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